miércoles, 20 de mayo de 2009

Escuela naturalizada

¿Qué opinan los docentes acerca de presentarles un portafolio a sus alumnos?

Primeramente nos tendríamos que preguntar qué es un portafolio. Consideramos que un portafolio es una herramienta que pone de manifiesto un proceso de aprendizaje. Y se lo debe o puede entender como un proceso de enseñanza dentro de las instituciones.
Se lo tiene que pensar como una recopilación o colección de evidencias (de artículos, documentos, etc.) consideradas de interés para ser guardadas, por los significados, por ellas construidos.
Lo que caracteriza un portafolio es:
1. El interés de reflejar la evolución de un proceso de aprendizaje: esta característica resulta de gran importancia ya que evidencia cómo un alumno fue evolucionando en sus saberes y conocimientos, permitiendo que realice una evaluación crítica acerca de su propio proceso de aprendizaje.
2. Estimular la reflexión, la experimentación y la investigación: permite que el alumno sea más crítico, capaz de autoevaluarse.
3. El diálogo en los momentos claves del proceso: favorece la formulación de problemas, temas, etc. Mediante éstos, el alumno logra ponerse en contacto con diferentes situaciones para llegar a su propio conocimiento.
4. Reflejar el punto de vista personal de los protagonistas, es decir, de los alumnos. El portafolio brinda la posibilidad de realizar un intercambio de información entre los protagonistas, haciendo del mismo un proceso de colaboración; porque muchas personas pueden acercarse a lo que otro realiza y de esta manera ayudarán a que otros formulen nuevos puntos de vista que no consideraban.
En nuestras experiencias escolares no hemos podido detectar la utilización del portafolio (como tal), ya que nuestro proceso de aprendizaje era guiado por el docente, quien creemos que si utilizaba esta herramienta.
En cuanto a la evaluación, que se llevaba a cabo en el proceso de enseñanza, podemos decir que se realizaban evaluaciones (escritas) de los contenidos abordados en clase y siempre al finalizar un bimestre, pero no lo consideramos como un proceso de reflexión, sino como un momento se aprobación o calificación numérica.

2 comentarios:

Diana Avaca dijo...

Trabajo muy bien logrado. Recupera las ideas principales del autor y da cuenta de interesantes reflexiones sobre la evaluación en el pasado escolar de los integrantes del grupo.
Falta agregar el nombre de las personas que realizaron el trabajo.

Santiago dijo...

me parece que se les cruzaron los titulos. Con respecto a lo que comentas de Jackson, hoy nos encontramos frente a una modernidad liquida y justamente el naturalizar ciertas cosas que pasan en la escuela lleva a que el docente etiquete. no se puede esperar encontrar en las escuelas una condición similar a la que plantea este autor, y sería en mi opinión un error tratar de lograrla.
Hoy vivimos en el mundo de la impaciencia, el docente tiene una ardua tarea, y muchas veces asume el papel de doctor y diagnostica transtornos como el deficit de atención. No somos doctores, somos docentes y no podemos pedir a los chicos algo que la sociedad entera rechaza( incluso a veces nosotros mismos), paciencia.